martes, 3 de mayo de 2011

Edmundo López Bonilla: Las verdades de perogrullo (110503)

LAS VERDADES DE PEROGRULLO

Edmundo López Bonilla


En apariencia parecen días normales, solamente tienen la connotación de que extienden los días —para quienes tienen la posibilidad de hacerlo— para “vacacionar”. Se dijo que se adoptaba el sistema para favorecer a la industria hotelera, restaurantera, de transportación, etc., etc. Y así se ha llevado desde hace varios años. Fue un asunto que no requirió de mucha discusión en las cámaras, dada la importancia de promover el turismo y sus derramas económicas. Lo que había sido incidental: la coincidencia del día feriado con un fin de semana, que alargaba el descanso tomó su lugar como cosa establecida y necesaria. Los “puentes” esporádicos pasaron a ser puentes reglamentarios y todos felices, desde la alta burocracia hasta el último de los ciudadanos. Así tenemos puentes y puentezotes, cuando las fechas lo han permitido.
No trato de hacer la historia de estos periodos que cambian la conmemoración o celebración de la efeméride y que en su tiempo se consideró tan importante, como para tomar ese asueto para festejar con la solemnidad debida lo que debe celebrarse, o realizar la conmemoración con el tiempo necesario para hacer con la solemnidad debida los actos de recordación que son caros a la patria o a la humanidad. ¿Qué importancia tienen para la sociedad esos días en la liturgia ciudadana —podría usted pensar—, hoy que se ha tenido tanta atingencia en desprestigiar a los héroes, o los hechos que permitieron que tales héroes surgieran?  ¿Todos los días feriados conmemoran o festejan hechos suscitados en nuestra patria?
Aquí es donde llegamos a lo que por muchísimos años se recordó con relativo respeto: el 1° de mayo. Por casi todo el mundo —y el casi, es porque en los Estados Unidos, donde se dieron los hechos el día pasa desapercibido, lo mismo que en el Reino Unido y  Andorra— se hace la recordación del día en que las demandas obreras se desbordaron y el Estado reprimió con toda su fuerza el descontento. Es necesario recurrir a la historia para  entender el porqué de ese sentimiento.
Desde el establecimiento del Día del Trabajo en todos los países por acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1889, es una jornada de reivindicación y de homenaje a los Mártires de Chicago que fueron ajusticiados por su participación en las jornadas de lucha por consecución de la jornada laboral de ocho horas y que culminaron en la huelga del 1º de mayo de 1886 en los Estados Unidos.
En 1829 se solicitó a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas. Existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas, y cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25 dólares. En 1886, el presidente de Estados Unidos Andrew Johnson promulgó la llamada Ley Ingersoll que estableció el turno de 8 horas  trabajo por día. 19 estados sancionaron leyes que establecían jornadas máximas de 8 y 10 horas, con cláusulas que permitían extender el tiempo de trabajo entre 14 y 18 horas.
Ante el incumplimiento de la Ley Ingersoll, las organizaciones laborales y sindicales  se movilizaron. El 1° de mayo de 1886, 200 000 trabajadores iniciaron la huelga, mientras que otros 200 000 obtuvieron esa conquista con la simple amenaza de paro. En Chicago las condiciones de los trabajadores eran peores que en otras ciudades del país y la convulsión siguió los días 2 y 3 de mayo. El día 2 la policía  disolvió violentamente una manifestación de más de 50 000 personas y el día 3 se dio una batalla campal entre  huelguistas y esquiroles de la empresa McCormik. La policía  disparó a quemarropa sobre la gente con el saldo de 6 muertos y varias decenas de heridos. Los huelguistas  consiguieron un permiso para manifestarse a las 19.30 horas en el parque Haymarket; a las 21.30, el alcalde, que estuvo presente para garantizar la seguridad de los obreros dio por terminado el acto. Más de 20 000 personas no se retiraron. El inspector John Bonfield consideró que no debía permitir que los obreros siguieran en ese lugar, y junto a 180 policías inició la represión. Entre los policías el estallido de un artefacto explosivo mató a un oficial y produjo heridas en otros. El fuego de la policía diezmó la multitud, sin que se sepa el número de muertos y heridos.
Se declaró el estado de sitio y el toque de queda; se detuvo a centenares de obreros y fueron golpeados,  torturados y acusados de la muerte del policía. Hubo allanamientos y se maquinaron descubrimientos de arsenales, municiones, escondites secretos y hasta “un molde para fabricar torpedos navales”. El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 personas consideradas responsables; número que  fue reducido a 8. El juicio fue una farsa, se violaron todas las normas procesales de forma y de fondo. A pesar de este aparato, nada se comprobó en contra de los ocho acusados que fueron declarados culpables, incriminados de ser enemigos de la sociedad y el orden establecido. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca. Fueron recluidos a prisión Samuel Bielden, inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil condenado a cadena perpetua; Óscar Neebe, estadounidense, 36 años, vendedor, condenado a 15 años de trabajos forzados; Michael Schwab, alemán, 33 años, tipógrafo, condenado a cadena perpetua. El 11 de noviembre de 1887 se consumó la ejecución en la horca de: Georg Engel, alemán, 50 años, tipógrafo, Adolf Fischer, alemán, 30 años, periodista; Albert Parsons, estadounidense, 39 años, periodista, esposo de la mexicana Lucy González Parsons aunque se probó que no estuvo presente en el lugar, se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente; August Vincente Theodore Spies, alemán, 31 años, periodista; Louis Ling, alemán, 22 años, carpintero, para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda.
Debido a la presión de la opinión pública a finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El pueblo estadounidense no efectúa esta conmemoración; allí se celebra desde 1882 la Fiesta de los que trabajan el primer lunes de septiembre. En México este Día se conmemoró por primera vez en 1913.
Esta  es la  conmemoración de un suceso que se  dio en los Estados  Unidos. ¿Por qué esos hechos tienen importancia para que los mexicanos y la inmensa mayoría de la Humanidad honre el recuerdo de los hechos y de las víctimas? Aunque entre 1886 y 1948, año en que la ONU hizo la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, median muchos años, si el conflicto y las causas se analizan, salta a la vista que el reconocimiento que vendría 62 años más tarde, cuando el proceso de aceptación de la realidad impusiera su lógica era estrictamente necesario; y las condiciones que propiciaron la protesta, la represión y el castigo, fueron todo lo inhumano que puede ser la aplicación de la ganancia a costa de lo que sea y luchar contra ese orden es de interés universal.

Desmemoria/4
Chicago está llena de fábricas. Hay fábricas hasta en pleno centro de la ciudad, entorno al edificio más alto del mundo. Chicago está llena de fábricas. Chicago está llena de obreros. / Al llegar al barrio de Heymarket, pido a mis amigos que muestren el lugar donde fueron ahorcados, en 1886, aquellos obreros que el mundo entero saluda cada primero de mayo. / —Ha de ser por aquí— me dicen. Pero nadie sabe. / Ninguna estatua se ha erigido en memoria de los mártires de Chicago en la ciudad de Chicago. Ni una estatua, ni monolito, ni placa de bronce, ni nada. /El primero de mayo es el único día verdaderamente universal de la humanidad entera,  el único día donde coinciden todas las historias y todas las geografías, todas las lenguas y religiones y las culturas del mundo: pero en Estados Unidos, el primero de mayo es un día cualquiera. Ese día, la gente trabaja normalmente y nadie, o casi nadie, recuerda que los derechos de la clase obrera no han brotado de la oreja de una cabra, ni de la mano de Dios o del amo. / Tras la inútil exploración de Heymarket, mis amigos me llevan a conocer la mejor librería de la ciudad. Y por allí, por pura curiosidad, por pura casualidad, descubro un viejo cartel que está como esperándome, metido entre muchos otros carteles de cine y música rock. /El cartel reproduce un proverbio del África: Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, las historias de cacería seguirán glorificando al cazador. 
Eduardo Galeano

El pueblo sencillo de los Estados Unidos no tiene la culpa de esta desmemoria. Fue el sistema de la ganancia elevada a costa de la  explotación de quienes trabajan que ha regido en el mundo, el causante de esas injusticias —el origen de la celebración del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, se hermana con el 1° de mayo: el 8 de marzo de 1857, en la ciudad de Nueva York, 146 costureras que protestaban contra la jornada de 10 horas, murieron en un incendio; no hubo posibilidad de salvarlas porque todas las puertas estaban condenadas con candados—  y ese sistema ha condicionado a los individuos, causándoles la desmemoria.
Por eso son peligrosos “los puentes”, poco a poco los mexicanos van perdiendo la noción de los hechos, de los personajes que han formado al país. Si el 20 de noviembre cae por ejemplo el domingo, y ese día se considera el día del inicio de la Revolución mexicana —convulsión que finalmente contabilizó mucho más de un millón de muertos por un ideal— no importa porque el puente puede estar integrado por viernes, sábado y domingo y esos son días de descanso, o de pachanga, según el ánimo. De acuerdo con la costumbre implantada recientemente, el 21 de marzo es día feriado, porque es el inicio de la primavera, no porque la efeméride señale el nacimiento de don Benito Juárez García. Personaje que también se va difuminando de la memoria colectiva. Así podemos analizar cada uno de los días que anteriormente nos fueron caros y por lo tanto motivo de celebración o conmemoración.
¿Qué cuál es el peligro? Al olvidar los hechos felices o ingratos que han propiciado nuestra integración como miembros del país, vamos perdiendo identificación, vamos cayendo en la desmemoria y serviremos para trabajar a condición de extender los días de asueto, aunque para eso vayamos olvidando la historia. Y el pueblo que olvida su historia, lo pierde todo y esta condenado a repetir los errores que han causado a los miembros pretéritos de esta Patria, pérdida, dolor y sufrimiento.  
   
**********
El receso de las cámaras, congeló por un tiempo la aprobación de las provocadoras iniciativas de los partidos PAN y PRI y enfriaron un tanto el clima político. Ojalá el cielo se apiadara del territorio mexicano y vinieran las lluvias a sofocar los incendios forestales que devastan miles y miles de hectáreas de bosques.

2-3 de mayo de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario